domingo, 11 de septiembre de 2011

Celos, parte de mi debilidad humana.

Desde la premisa, que cuando queremos, cuando sentimos algo más profundo que la mera curiosidad por alguien, y ya la intuición hizo lo suyo, y de pronto sin todavía darnos cuenta en que momento sucedió; No existe algo más natural y primitivo que la experiencia de los celos. Pero que problema, o no?!
Antes que todo, los celos están definidos según la psicología clásica, como un estado emocional, de preocupación e inseguridad respecto a la idea de pérdida de la persona amada que se la vincula a un tercero. En ocasiones estas ideas tienen un origen real, pero en otras, existe la fantasía constante de un triángulo amoroso, que vendría a romper la dinámica relacional de la pareja, hasta llegar a separarla.
Los sentimientos involucrados van: Desde el temor, la inseguridad, hasta la rabia, angustia y la desesperación en casos más patológicos.
Sin embargo, y a pesar de ser nada más que un sentimiento en muchos casos, cultural y socialmente, existe un rechazo abierto, a dar a conocer esta debilidad tan humana por cierto, acerca de los celos. A quién no le ha pasado que al conocer a alguien, una de las primeras manifestaciones pseudo-seductoras es decir, -Yo no soy celosa (o) - . Pues, desde mi mirada, todos los que amamos, sufrimos los celos, o lo experimentamos al menos en algunas ocasiones. Y la invitación hoy, es hacer el ejercicio contrario. Asumirlos como parte de una relación "exclusiva" entre dos personas, la cual convivirá de manera triangular constantemente, porque en la cotidianeidad de una relación entre dos personas, siempre habrán terceros, que pueden llegar a ser, desde un trabajo, la profesión, la madre y el padre, el mejor amigo o amiga, los ex pololos, inclusive los hijos y las nuevas personas que vayamos conociendo en el camino.
Mi experiencia con los celos ha sido de menos a más en cuanto a aprendizaje. He sentido celos reales y también he imaginado historias que nunca sucedieron, he acertado en dar mis puntos de vistas, y otras veces he resultado con una L estampada en mi frente, avergonzada y arrepentida, nunca eso si, ha sido tarde para revertir el error. Justamente creo que lo anterior se debió a haber admitido los celos como algo natural (y desde el comienzo), algo que sucede espontáneamente, por lo que no es criticable, pero sí lo es, la forma que inventamos o nos resulta de su manifiesto. Creo que hay momentos en que es mejor contar hasta diez, racionalizar la situación varias veces si es necesario antes de cometer la estupidez de dejarlos caer sorpresivamente hacia el otro, injustamente a veces...
La experiencia de los celos es una experiencia personal, mediada también por el aprendizaje, las experiencias vividas con otros significativos, que muchas veces se interponen en una nueva relación que por distinta que sea, va sucediendo de manera dinámica, pudiendo cambiar hasta convertirse en algo que hubiésemos preferido dejar atrás y no haber vuelto a repetir...
Las experiencias pueden ser distintas, si vamos cambiando el modo, la forma y el actuar, si vamos dejando entrar el entendimiento, la madurez necesaria que no en vano te va dando los años, para ir experienciando las relaciones de manera más abierta y libre, respetando el espacio propio de cada uno, y no dándolo (como si fuese una ofrenda), porque nadie nunca ha sido dueño de la libertad del otro. Siempre escucho, sobre todo a la gallada masculina decir en ocasiones. - Yo a ella (él) le doy todo el espacio que quiera. - No hay cabida para la propiedad en una relación sana entre dos adultos. La invitación es a mirar la relación que vamos viviendo como una oportunidad a ser mejores personas, respetar las debilidades, profundizar en nuestros miedos, jamás esconderlos, hablar de lo que también nos incomoda, siempre en un tono generoso y solidario. Acomodarse no es dejar lo que nos hacía felices, no es transar sino convencerse. La adaptación nunca puede ser unilateral, no puede haber privación ni prohibiciones, no podemos ir cambiando de acuerdo al paisaje, sino también aceptarnos como personas a veces vulnerables, y erráticas muchas veces.
Los celos no están prohibidos, son parte también de un todo, y algunas veces aunque no sean necesarios, están ahí, presentes, cuando hay amor, pero también sabiduría para ir dejándolos pasar, como parte de algo nuevo, y como parte también de lo que somos...

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